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Canales cortos de comercialización.

May 21, 2013
/ in Prensa
/ by FADEMUR

Las cadenas cortas de comercialización son una de las formas más importantes del desarrollo rural. En general, generan más empleo que cualquier otra actividad de desarrollo rural (excepto los trabajos fuera de las empresas agrarias).

Estos canales cortos son una oportunidad para maximizar beneficios a quien produce y quien consume ya que supone capturar una proporción mayor del valor añadido de los productos en un momento, como el actual, de crisis. También son una vía para las micropequeñas empresas del medio rural, en su mayoría gestionadas por mujeres, que no reúnen los requisitos de suministro (particularmente con respecto al volumen).

Puede verse el desarrollo de canales de comercialización directa en relación con los beneficios sociales (disminución de riesgos para la salud, generación de empleo), ambientales (reducción de la contaminación) y, especialmente, con el mantenimiento de la “localidad”, al mantener la estructura productiva básica de los pueblos más pequeños y de los situados en zonas desfavorecidas.

Un problema creciente es que cada vez más las grandes compañías involucradas tradicionalmente en los mercados de masas, están poniendo sus miras en los productos de calidad, como los ecológicos, buscando captar este lucrativo mercado en expansión.

Llegados a este punto, ¿qué entendemos por Canal Corto de Comercialización?

La definición de circuito corto de comercialización hace referencia al número de intermediarios existentes entre quien produce y quien consume. Se considera circuito corto de comercialización (CCC) aquel circuito que no tiene más de un agente de intermediación.

Si no existe intermediación entre el producto final y la población consumidora hablamos de venta directa.

Ahora bien, la definición no se refiere a la distancia física existente entre quien produce y quien consume, ya que ésta puede ser grande, pero sí que es un factor a considerar a la hora de caracterizar diferentes tipologías de canales cortos de comercialización. Actualmente, la definición de “local” se ha ampliado a los procesos que potencian modelos productivos y alimentarios alternativos y que buscan el desarrollo sostenible del territorio en el que se dan.

En cuanto a las características que definen los canales cortos de comercialización, tenemos:

La relación: Los Canales Cortos de Comercialización se basan en el conocimiento directo de cada agente que interviene. En nuestro caso, en la cadena alimentaria y en una revalorización de la cultura agraria. Esta característica diferencia claramente los canales cortos de comercialización de los procesos agroalimentarios industriales en los que domina el anonimato y la homogeneización del producto.

La información: La existencia de sistemas de información sobre el proceso agroalimentario es el que permite que quien consume pueda trazar el circuito del producto que está consumiendo y así tomar decisiones informadas, autónomas y responsables.

La participación: En este caso se entiende la participación como la capacidad de quien produce elabora y consume de intervenir en la gestión de los sistemas alimentarios y democratizarlos.

Se trataría de romper con las limitaciones de los actuales sistemas, en los que quien produce, por ejemplo, desconocen el precio al que acabará vendiéndose su producto o quienes compran desconocen el precio pagado por el producto en los distintos procesos de producción, de distribución a través de intermediarios, etc.

La sostenibilidad económica: Los Canales Cortos de Comercialización tienen un papel en la sostenibilidad. De este modo los Canales Cortos de Comercialización tendrían que contribuir al mantenimiento de las empresas rurales, especialmente aquellas de pequeño o mediano tamaño y que por sus dimensiones, tienen más riesgo de quedar excluidas del mercado por el predominio de las economías de escala.

La sostenibilidad social: La sostenibilidad social de los Canales Cortos de Comercialización hace referencia a la capacidad de éstos para mantener a la población productora y a la población consumidora dentro del marco de funcionamiento, sin que suponga un sobreesfuerzo por ninguna de las partes (por ejemplo, que puedan participar personas con pocos recursos económicos o que no implique un sobreesfuerzo en inversión de tiempo ni para quien produce ni para quien consume).

La sostenibilidad ambiental : Se refiere a la capacidad de los Canales Cortos de Comercialización de implicarse en sistemas de ambientalmente sostenibles que tengan en cuenta la distancia de distribución de los productos, el embasado, la capacidad para comprar en grandes volúmenes, o los mismos sistemas de producción, como la producción ecológica.

La variedad de productos: Hace referencia a las posibilidades de que los Canales Cortos de Comercialización abastezcan de todo tipo de productos de forma que las y los consumidores puedan adquirir todos los alimentos básicos a partir de este sistema, hecho que puede contribuir a la fidelización.

Uso de las Tecnologías de la Información y comercialización.

May 21, 2013
/ in Prensa
/ by FADEMUR

En el ámbito que estamos tratando, la comercialización, el uso de dichas tecnologías y, especialmente Internet, ha influido de tal manera que cuando hablamos de canales cortos, no estamos hablando de distancia física sino de número de agentes de intermediación entre quién produce y consume. En definitiva, el uso del comercio electrónico como una nueva forma de venta y de promoción en el exterior tiene si cabe, más sentido, en los canales cortos de comercialización.

El uso de Internet en los Canales Cortos de Comercialización supone la venta de productos de calidad para aquella parte de la población que busca valores añadidos en la compra , en relación, fundamentalmente, a un modelo de economía sostenible.

En las experiencias existentes, el modelo es sencillo. Existe una oferta limitada con productos de calidad, y, en el caso de productos alimentarios, además, se trata de productos de temporada. La gestión de la cadena de suministro resulta clave.

No existe almacén ni stock ya que se basa en minimizar el tiempo entre quien produce y consume. Por ello, la logística es parte fundamental para conseguir los reducidos tiempos se suele tener externalizada ya que requiere de una red capilar y con capacidad para entregar gran cantidad de pedidos en pocas horas. El desarrollo que ha tenido la logística en los últimos años y el desarrollo de internet y redes sociales es lo que hacen posible el aumento de negocios basados en los canales cortos de comercialización.

Otro elemento fundamental es el marketing y publicidad. En general, la publicidad tradicional no tiene un buen ratio de conversión en este tipo de negocios que es puramente online. Y, por tanto, hay que apostar por campañas de nicho en google adwords o campañas de promoción y descuento con cupones online o promociones en redes sociales, aunque, lo complicado retener o fidelizar a la clientela.

Junto a las novedades que implica este tipo de comercialización a través de Internet, nos encontramos con una barrera importante: la brecha digital.

Según el último Informe sobre los consumos y gastos de servicios de telecomunicaciones en los hogares españoles que acaba de publicar la CMT, mientras que, en los hogares situados en poblaciones con más de 10.000 habitantes aproximadamente siete de cada diez hogares disponen ya de acceso a la red, en las poblaciones rurales, menos de la mitad de hogares acceden a Internet. El mismo patrón se repite en los demás servicios de comunicaciones electrónicas, poniendo de manifiesto la brecha digital entre ámbitos rurales y urbanos:




En definitiva, la brecha digital entre el medio urbano y el medio rural está condicionando el desarrollo de los municipios rurales. En la medida, por tanto, que se extiendan tanto las infraestructuras como servicios digitales dicha brecha disminuirá. Pero, también, será necesario medidas que permitan a la población rural acercarse a los diferentes usos de las tecnologías de la información y comunicación, siendo el caso empresarial, clave a la hora de hablar de competitividad.

Pero vamos más allá, cuando estamos hablando de empresarias y emprendedoras, debemos tener en cuenta, además, la brecha digital de género. De acuerdo con el estudio impulsado por el Instituto de la Mujer “La brecha digital de género en España: análisis multinivel” (2012) concluye que la inclusión avanza a pesar de la persistencia de la brecha digital de género (BDG). En concreto, la BDG según valores de 2010 se sitúa en 7,5 puntos, cuando en 2004 se elevaba a 26 puntos.

El informe aborda tres niveles de Brecha Digital de Género: la relacionada con el acceso a la tecnología, la de la intensidad y pautas de uso y la que concierne al uso de servicios TIC más avanzados. Según el primer análisis, un 65,8% de las mujeres han usado alguna vez internet, frente al 71,1% de los hombres. Si se avanza un poco más en el detalle de los datos, encontramos que la BDG se invierte en los grupos de edad de 16-24 y 25-34 años, con 1,4 puntos de mujeres que han usado alguna vez internet frente a los hombres. Sin embargo, a medida que se avanza en la edad la brecha se invierte, llegando a 41,9 puntos de BDG en las personas de entre 65 y 75 años.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no sólo facilitan las comunicaciones entre personas, también contribuyen a acercar y conocer diferentes estilos de vida, además de romper con el aislamiento que ha caracterizado tradicionalmente al medio rural, y suponer una potente herramienta para la transformación social y la igualdad de género.

La promoción del empresariado femenino es una de las estrategias para fomentar la incorporación laboral de las mujeres rurales. Aprovechar las potencialidades que brinda Internet, no sólo para promocionar las empresas creadas por mujeres, sino también para formar redes con las que intercambiar experiencias, opiniones y conocimientos con otras mujeres de otros territorios en su misma situación, contribuye a mejorar y reforzar dichas empresas y su propia competitividad.